Si eres dueño de una pequeña empresa, probablemente estés familiarizado con el desafío de no tener tanto dinero en efectivo a tu disposición como te gustaría. En ciertos momentos, es posible que te encuentres con escasez de efectivo si algunos de tus clientes no te pagan con prontitud. Algunas empresas experimentan cambios estacionales en los que el dinero fluye más libremente en ciertas épocas del año que en otras. Para estas y otras circunstancias similares, tener una línea de crédito para pequeñas empresas es muy útil para desbloquear fondos para el crecimiento y los gastos.
Por lo general, una línea de crédito se otorga a una empresa que tiene suficiente historial para demostrar su capacidad para generar flujo de efectivo. La línea de crédito se utiliza para llenar los vacíos causados por problemas estacionales, crecimiento no planificado u otras causas de escasez de efectivo. Por lo general, el prestamista toma un primer interés de garantía en todos los activos de la empresa y, a menudo, también en los activos del propietario.
En términos simples, el prestamista establece un fondo común de fondos que está disponible para que la empresa los use siempre que su situación financiera siga siendo sólida. El capital y los intereses se reembolsan de acuerdo con los términos del prestamista.
Para muchas empresas, obtener una línea de crédito no es tan sencillo. Si su negocio es nuevo o su propio crédito personal no es prístino, es posible que le resulte difícil o imposible obtener el crédito que necesita. Una alternativa que quizás no haya considerado es el factoraje de facturas. Esta es una forma de desbloquear capital de trabajo y mejorar el flujo de caja sin obtener un préstamo tradicional.
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