¿Tu negocio se está quedando sin dinero para la nómina? ¿Está buscando emprender nuevos negocios o ampliar su alcance? Cuando las pequeñas empresas necesitan capital de trabajo, una de las primeras soluciones que consideran es un préstamo para pequeñas empresas.
Los préstamos comerciales pueden ayudar a las empresas a mantenerse al día con los gastos, comprar inventario o equipos esenciales, contratar más personal y financiar el crecimiento estacional. Si la empresa tiene un crédito excelente, un préstamo para pequeñas empresas puede ser una herramienta financiera viable.
Al mismo tiempo, existen desventajas con los préstamos tradicionales para pequeñas empresas.
Los préstamos comerciales a menudo son difíciles de obtener si no tienes un crédito sólido, ya que las instituciones financieras dependen de tu capacidad para pagarlos. Cualquier dificultad que ocurra durante el período del préstamo puede ejercer presión sobre la capacidad de pago del prestatario, lo que obliga a la pequeña empresa a incumplir. Con respecto a las garantías, la mayoría de los prestamistas optan por colocar un gravamen sobre todos los activos de la empresa, lo que restringe aún más la capacidad de la empresa para adquirir capital de trabajo adicional cuando sea necesario.
Debido a las reglas y regulaciones de préstamos, el proceso de solicitud de préstamos para pequeñas empresas también puede ser complicado y llevar mucho tiempo. Las pequeñas empresas con necesidades agudas de flujo de efectivo pueden encontrar un desajuste entre sus necesidades y la respuesta del prestamista.
Una alternativa a un préstamo convencional para pequeñas empresas es el factoraje de facturas.
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